En el año 1877, las huelgas de los ferroviarios, las asambleas y manifestaciones eran una constante en Estados Unidos. Asi tambien lo era la represion de parte del Estado.
Este contexto dió origen a gran cantidad de sindicatos combativos y organizaciones que coordinaron, el 1 de Mayo de 1886, una huelga general en todo EE.UU y de esta forma consiguieron el establecimiento de las 8 horas laborales.
Ese día la huelga paralizó cerca de 12.000 fábricas a través de los EEUU. Esto contagió al país entero de huelgas, paros y columnas de miles de obreros/as decididos/as a reapropiarse de sus vidas, con pancartas, panfletos, consignas e inclusive rifles tomaron las calles.
La ciudad de Chicago, siendo el epicentro de la huelga, quedo completamente paralizada. Más de 30.000 obreros/as se plegaron a la huelga, por lo que empresas como la fábrica de materiales de Mc Cormick y alguna otra se dieron a la tarea de contratar carneros.
El día 2 se realizó un mitin de los obreros despedidos de Mc Cormick para protestar por los 1.200 cesanteados y los brutales avances policiales. Mientras se realizaba un acto donde compañeros daban sus discursos; otros/as fueron a recriminar a los carneros que en ese momento salían de la planta. Rápidamente llegó la policía, cuya acción dejó seis muertos y gran cantidad de heridos. La indignación genero más trabajadores/as movilizados.
El 3 de mayo continuaron las insurrecciones y huelgas por todo el país. El 4 de mayo, todo Chicago está en huelga y las revueltas terminan en enfrentamientos con la policía en el barrio de Haymarket. Una bomba estalló en las filas de la policía, por la cual éstos respondieron abriendo fuego para todos lados, causando un gran número de heridos e incluso muertos. Caen 7 agentes muertos producto de las mismas balas policiales.
El Estado y los patrones afectados hicieron de este suceso una caza de brujas donde son apresados cientos de revolucionarios, entre ellos: George Engel, Samuel Fielden, Adolf Fischer, Louis Lingg, Michael Schwab, Albert Parsons, Oscar Neebe y August Spies. Algunos de ellos compañeros anarquistas.
La justicia jugó su papel manipulando el juicio, y algunos de ellos acabaron muriendo en la horca. Conocidas son algunas de las arengas pronunciadas por los enjuiciados: /“para nosotros la tendencia del progreso es la del anarquismo, esto es la sociedad libre sin clases ni gobernantes, una sociedad de soberanos, en la que la libertad y la igualdad económica de todos producirían un equilibrio estable con bases y condición del orden natural». (…) «Me concedéis, después de condenarme a muerte, la libertad de pronunciar mi último discurso. Me acusáis de despreciar la ley y el orden. ¿Y qué significan la ley y el orden? Yo repito que soy enemigo del orden actual y repito también que lo combatiré con todas mis fuerzas mientras tenga aliento para respirar… Os desprecio; desprecio vuestro orden, vuestras leyes, vuestra fuerza, vuestra autoridad. ¡AHORCADME!”/. Sellando para siempre el grito de una clase, de los explotados/as que no abandonaron su humanidad para ser fuerza de trabajo y mercancía a la vez.
Pero donde hubo fuego cenizas quedan y los hechos sucedidos en Chicago no tardaron en repercutir en todo el mundo, dándole el carácter internacionalista a esta fecha de protesta. Sumándose los compañeros/as de esta región en el año 1890.
Hoy el Estado y el Capital nos aprietan. Nos aprietan borrando nuestra historia, convirtiéndola en feriado; nos aprietan con el sindicalismo que negocia siempre a favor de la patronal, con los ajustes laborales, con la reforma previsional que dio como resultado represión, heridos y presos, con la ficticia libertad del trabajo independiente, en resumen: nos asfixia con la dictadura del dinero.
Es que hablar del Estado es hablar de la organización social de la Autoridad, ya que el Estado capitalista es el heredero de todas las estructuras sociales de dominio del pasado.
Por ello nos hace reflexionar la historia del primero de mayo, ya que los compañeros no luchaban sólo por las 8 horas laborales, sino por una profunda transformación social, donde poder desarrollarse plenamente como sociedad sin explotadores ni explotados/as.