Salir a decir que los medios de comunicación mienten no es otra cosa que un cliché. Por supuesto que cada quien le da un enfoque diferente a esta frase, hay quienes dicen que son “los grandes medios” porque ellos/as se dicen medios independientes (o lo que suene más inocente en el momento); hay otros/as que sólo van a decir que un medio o un conjunto/grupo de medios mienten pero no los suyos, los que les gustan, esos seguro dicen la verdad, toda la verdad y nada mas que la verdad.
De esta forma se busca dibujar la realidad entre aquellos/as periodistas pecaminosos que usan la mentira para modelar la opinión pública en contraposición a los santos y humildes que en su lucha constante por la verdad buscan modelar de la misma forma la opinión pública. Los mismos nombres y los mismos medios se encuentran de los dos lados del mostrador; su ubicación pareciera depender, solamente, del punto de vista de quien observa.
Desde ya nos encontramos con la necesidad de aclarar que no somos, ni buscamos ser un “medio de información” y mucho menos uno que guste en llamarse “de contra-información”, solo buscamos entender y discutir aspectos de la realidad sin pecar de inocentes; entendiendo que vemos al mundo a través de varios filtros y buscando construir un lenguaje común que nos permita, en principio, poder comunicarnos (¿y un poco modelar la opinión pública?).
Lo que decimos puede parecer obvio pero como toda creación de una sociedad compleja este no es un tema que pueda separarse en buenos y malos. Los medios hegemónicos muchas veces dicen la verdad y los medios alternativos muchas veces mienten, la política y las necesidades económicas son quienes mueven la vara de un lugar al otro. Con esto no queremos decir que no existan personas honestas que buscan hacer el mejor trabajo posible dentro del periodismo sino que toda persona se ve condicionada por las condiciones materiales que la atan a su empleador.
Y ahora quizás estén pensando, “ya me dijo que los medios mienten, que los medios progres hacen lo mismo y que a nuestros cerebros les gustan creer cosas sin importar si son verdad, ¿quizás ésta sea la nota mas corta de este periódico?”. Bueno… no.
Guita
Hablando, un poco más en serio, lo que buscamos decir es que la realidad del trabajo periodístico esta sujeta a la necesidad capitalista de producción de material, existe una cadena productiva como en cualquier otra industria. Se necesita elaborar una cantidad de contenido disponible para el consumo, los tiempos de producción los dictan la novedad y los algoritmos. Un medio que no opina de lo que es tendencia no es visto y por lo tanto no es monetizado, es decir que no consigue financiamiento para que la rueda siga girando.
Claro que como toda industria es necesario imponer ciertos hábitos de consumo, cierto tipo de opiniones que puedan generar esa bola de nieve que atraiga mas lectores/consumidores y poder así formar opinión como una estrategia de, entre otras cosas, fidelización. Para poner todo esto en movimiento se necesita guita y si bien ésta generalmente es de privados, en muchos casos es la ayuda del Estado la que hace posible que ciertos medios subsistan. La forma más popular que tiene el Estado para poder transferir recursos a los medios es a través de la pauta oficial. Acceder a esta forma de financiamiento implica declarar el medio como un proveedor de espacio publicitario y de esta forma tener contratos con el Estado para mostrar la propaganda del gobierno de turno.
El reparto de la pauta tiene que ver (entre otras cosas) con el número de audiencia conseguida por cada medio, esto genera cosas interesantes como que en el 2018 en plena crisis del gobierno de Macri la pauta oficial haya aumentado en un 60% respecto del año anterior para Pagina12 y C5N o que el año pasado el grupo Clarín haya conseguido la mayor cantidad de pauta con respecto a los otros medios, cerca del 15% del total; lo que equivaldría a mas de 624 millones de pesos, en segundo lugar quedo el grupo Indalo (C5N, minuto uno, diario registrado, Radio10, etc) con unos 330 millones, pero si vemos solo el segmento de la televisión por cable C5N fue el ganador llevándose unos 120 millones de pesos contra los míseros 98 millones que logro llevarse TN. En tercer lugar encontramos al grupo Octubre (Pagina12, IP, el nueve, AM 750, etc) llevándose unos 326 millones. Dato de color, la Secretaría de Medios que se encarga de esta repartija esta liderada por Francisco Meritello, quien hasta mediados del 2019 era el CEO del grupo Octubre.
También están los llamados medios comunitarios que tienen su cuota en todo este lío y el actual gobierno decidió incluir cerca de 200 medios en esta categoría, o su cuotita deberíamos decir ya que de los 4700 millones de pesos se les destinaron solo 4 millones. Muchos de los medios que podrían caer ahí y se dicen independientes o mantienen posiciones críticas al gobierno hoy llevan adelante una campaña para democratizar el acceso a la pauta oficial bajo la idea de buscar una pluralidad de voces, y así poder mostrar con orgullo la propaganda estatal en sus sitios web, radios, etc a cambio (como siempre) de un cheque a fin de mes.
La solución de parte de quienes buscan alejarse de estas practicas parece recaer en lo que se da en llamar medios autogestivos o auto-gestionados (aunque algunos se llaman así e igual arañan por un pedacito de la plata del Estado). La autogestión no es mas que una forma romantizada de decir transferencia de capital entre privados, la necesidad de financiamiento se reparte entre quienes apoyan cierta linea editorial y ese medio entonces ve supeditada su existencia a no desviarse demasiado de esa linea u amoldarse a las tendencias y decir lo que este de moda para ganar un mayor número de seguidores. El capitalismo no deja espacios para auto-gestionar realmente los medios necesarios para la subsistencia de este tipo de emprendimientos, el papel, la tinta, las herramientas, todo cuesta vida y el uso de ciertas palabras parece estar mas en linea con la moda de vaciar de contenido conceptos que son diametralmente opuestos a la lógica capitalista.
La estrategia de fondo, que es básicamente juntar guita entre varias personas, es algo común dentro del anarquismo. Desde los primeros periódicos que circularon hace más de cien años que compañeros/as aportaban lo que podían para que las ideas se continúen moviendo, cuando la revolución parecía estar a la vuelta de la esquina. Hoy estamos un poco más lejos, pero el horizonte sigue en el mismo lugar y las palabras deberían significar algo.
Ahora… no vas a creer como sigue esto
“Cuando siento que los diarios, la televisión y en las redes generan debates que por momentos nos obligan a desatender lo importante, pienso que aquellos enormes hombres de 1800 no tenían que enfrentar esa adversidad que es luchar contra la prédica malintencionada. A veces, seguramente, muchos de nosotros nos preguntamos: ‘¿Cómo seguimos?’. A mí me pasa. Soy un ser humano. Pero ¿saben en quién pienso? En San Martín, en Belgrano, en Güemes.” Alberto Fernandez
No es una novedad que la venta de periódicos en papel disminuyó de forma considerable en la últimas décadas, de la misma forma las audiencias de la televisión se movieron a los formatos de video on demand. Todo esto empujó a los medios a digitalizarse y elaborar estrategias para la colocación de anuncios o subscripciones por un pago mensual, en un medio tradicional como la televisión el contenido es simplemente remplazado por anuncios y en los diarios impresos pueden colocar página tras página de publicidades pero en internet todavía existen trabas para que esas estrategias funcionen. Principalmente la idea de gratuidad de la información en la web que genera que los modelos de suscripción no tengan tanto éxito, y luego la popularización de bloqueadores de anuncios en los navegadores.
Cada medio toma un camino diferente, si quien consume no paga entonces algunos medios van a limitar el contenido al que puede acceder, otros la posibilidad de hacer comentarios, pero todos tienen una estrategia en común que tiene que ver con salir a la pesca de clicks. Se busca despertar la curiosidad o la morbosidad para que se acceda a ciertos contenidos, de forma similar se usan titulares para lograr que una mayor cantidad de gente comparta notas que con estos títulos provocativos buscan apelar a la emoción. Muchas veces las notas correspondientes contradicen el titular o plantean una realidad mucho mas diluida de la que se pretende, pero la costumbre de compartir esas palabras que se condicen con nuestras ideas es irracional y esta estrategia demuestra ser exitosa.
Es en esta mezcla entre titulares y redes sociales, donde los llamados trolls (la mayoría es solo idiotez ad honorem)campan a sus anchas tirando con titulares de un lado al otro, que en Australia se comenzó (lobby de los grandes medios mediante) a discutir una ley para que Facebook pague a por el contenido que personas y medios comparten es su plataforma. Google también se ve involucrado pero después de un par de amenazas logró un acuerdo con uno de los grupos más grandes de medios de la región, del otro lado Facebook decidió ir por todo y bloqueó, por un tiempo, la posibilidad de compartir notas de medios australianos. Progresistas y reaccionarios lloriquearon juntos usando el viejo caballito de batalla de la libertad de expresión, pero lo que realmente les molesta es no contar con la munición suficiente para sus peleitas políticas. Del lado de Facebook y el gobierno australiano nada nuevo, negocios.
Fuego contra fuego
“Quiero que el sistema de cables se abra, que el sistema de transmisión de imágenes se amplíe, terminemos con los privilegios que durante los últimos cuatro años le dieron que desalentaron a empresas como Telefónica y Claro”. “Cuanto más competencia tengamos mejor va a ser y las arbitrariedades y las patoteadas van a ir cediendo”. Alberto Fernandez
Así llegamos hasta hoy, donde de un lado… lease Clarín y asociados usan lo que tengan a mano para pegarle al gobierno, sea verdad, media verdad o mentira da igual. Y del otro la propaganda pro gobierno o la que busca cubrir o mover el foco con Pagina12 y C5N como claros ejemplos de lo bajo que se puede caer para lamerle las botas al presidente. En el medio el quilombo de personas que se ven atrapadas por los discursos y que afrontan los problemas reales y las consecuencias de las palabras en la vida cotidiana.
En su gira como presidente electo Alberto Fernandez había tenido un breve encuentro con Carlos Slim en México, este hombre (uno de los más ricos del mundo) es el dueño de, entre varias cosas, Claro. En febrero de este año se volvieron a encontrar en una reunión con empresarios mexicanos; “si a ustedes les va bien, a nosotros también” les dijo el Presidente en su arenga por mayores inversiones. Carlos Slim no mostró sus cartas todavía y solo comentó que “a Argentina hay que tenerle paciencia”. Sin embargo la estrategia parece quedar clara para Alberto, hacer un par de favores a este gigante para que pueda tener alguien con peso para pelear contra Clarín. Libre competencia y reglas del mercado, los liberales estarían orgullosos.