Las cosas nunca estuvieron bien. Peor siempre se puede estar y los tiempos que corren se empecinan en demostrarlo. Los despidos y cierres de lugares de trabajo siguen a un ritmo constante, y los pagos de servicios, alquileres y la vida en general se hace cada vez más difícil, sobre todo en el sector de Capital Federal y Gran Buenos Aires, ya que en el país se venía así desde hace tiempo. El fantasma de los 90 se ve cada vez más cercano y el “sálvese quien pueda” nos invita a mirar que somos muchos bailando alrededor de cada vez menos sillas. Por si quedan dudas el FMI negocia nuevamente un préstamo con el gobierno actual.
Lo que algunos/as definen como clase trabajadora, no ha podido desde hace mucho tiempo desprenderse del modelo sindical fascista en el que se encuentra atrapado. La clase media mantiene la ilusión del ascenso social y el miedo a no poder pagar las cuotas del crédito sólo le permite quejas de coyuntura o tomar partido en cuanto a la legalidad o lo moral de ciertas reformas y no mucho más. La típica frase de “aprieta pero no ahorca” se aplica perfectamente en quienes tienen miedo de pasar al bando de “los desocupados”, sabiendo que puede ser una parada en el viaje a formar parte de los/as excluidos/as.
Sacamos este número en mayo, y el 1° sigue siendo una fecha importante para los que intentan cambiar las cosas, y para nosotros en particular. Ni la humillante fiesta del trabajo ni un feriado para salir a pasear. Hay situaciones que cambian de forma, pero no de fondo. La lucha de aquellos compañeros es presente. Las herramientas siguen estando y poder cuestionarlas para ver su efectividad y buscar o inventar nuevas es una tarea que vale la pena.
El primer número de Anarquista tuvo un buen recibimiento y ya se encuentra en varios puntos del país, como en Santa Fe, Córdoba, La Rioja, Mendoza, Chubut, Río Negro y Santa Cruz, gracias a la solidaridad de compañeros/as que lo reciben y distribuyen. Obviamente agradecemos ese gesto. En un principio seguiremos imprimiendo 3000 copias, buscando, en números futuros, y a través de la colaboración en la distribución, aumentar la tirada en la calle.
En breve tendremos, disponible en la WEB, notas y colaboraciones de quienes no siendo parte del pequeño grupo editorial aportan en esto de discutir y reflexionar como parte necesaria en la práctica de querer cambiarlo todo.