Como veníamos hablando en el número anterior, El gobierno necesita ganar dólares para pagar deuda y reactivar el mercado interno (puede que se invierta el orden). Salvo alguna mención al software y el turismo, todo indica que el camino será profundizar el “neo-extractivismo”.
Los/as que manejan los números de exportaciones y calculan los dólares que generan, normalmente mencionan la agroindustria, la energía, la exportación de servicios incluido el turismo, y la industria automotriz entre los principales. Pero el 60 % de las exportaciones están basadas en recursos naturales.
Se calcula que la deuda pública externa son unos 100.000 millones de dólares, y mientras el gobierno propone quitas y flexibilidad en los tiempos de pago a los principales acreedores, a nivel local se plantea como se generarán los billetes para ir pagando. Está asumido que no hay muchas formas de obtener dólares. Una es con préstamos, otra es privatizando empresas estatales (cosa que ya hicieron y luego volvieron a estatizar los mismos que hoy gobiernan), la otra es exportar (bienes o servicios) o generar negocios a empresas extranjeras.
El presidente fue bastante claro al expresar de donde piensa generar esa plata.
“Recién Paolo Rocca me preguntaba por Vaca Muerta, y claro que para nosotros es algo primordial, si sabemos que allí hay fuentes de recursos para el futuro. Y hablábamos también de minería y claro que la minería también es un tema primordial. Hablaba días atrás con Gerardo Morales y le decía que quiero ir a Jujuy, a un yacimiento de litio. Tenemos que hacer el esfuerzo de construir una empresa de baterías de litio, para que el litio dejemos de venderlo como materia prima y empecemos a venderlo como producto elaborado. Lo mismo tenemos que hacer con el silicio. Y en Mendoza hemos logrado que salga una ley para que Mendoza también se involucre en lo que es la explotación minera. Y en Chubut hemos logrado que en la zona de la meseta podamos explotar oro y plata. Allí está nuestra riqueza y eso es abrirnos al mundo con inteligencia”.
Palabras más, palabras menos, en este aspecto no es mucha la diferencia entre el gobierno anterior y el actual. Necesitan plata, deben hacer gestos para el sector financiero y garantizar negocios.
Por ahora, en Mendoza, se logró dar marcha atrás con la reforma de la ley que Alberto Fernández anunciaba antes de que se votara en el congreso. Chubut, tiene una historia de resistencia a la mega minería que nuevamente se pondrá a prueba.
Destruir glaciares, utilizar las nacientes de agua, de vez en cuando derramar cianuro u otros metales al río, son las consecuencias ya conocidas de la actividad.
La única manera de defender la actividad minera contaminante, es que genere los puestos de trabajo a nivel local y el Estado gane dólares con impuestos o retenciones. El tema es que ni este gobierno ni el anterior cobra grandes impuestos a la actividad minera, lo cual hace que sea un negocio redondo para la política y algunas multinacionales, y algunos puestos de trabajo y grandes problemas ambientales al resto de la población. En esa es la parte que todas/os ponemos el hombro, en palabras de nuestro actual presidente.
Vaca muerta, (“la segunda reserva de gas y el cuarto en petróleo no convencional del mundo”) una promesa por ahora incumplida, Vaca muerta vendría a ser un gran foco donde como bichitos de luz vendrán las grandes empresas petroleras a invertir en fracking para obtener petróleo y gas no convencionales, generar exportaciones, puestos de trabajo y parte de la tan mentada soberanía energética. Para eso se siguen haciendo pozos de 2000 a 3000 metros de manera vertical y otros tantos de manera horizontal, para luego de aplicar con presión agua, arena y productos químicos peligrosos para la salud y el medioambiente, obtener el combustible. En un tire y afloje (y otra vez el precio en “boca de pozo” que tanto le pedían al ex ministro de la Shell) el Estado recaudará impuestos, negociará el precio del combustible a nivel local (ligado de manera lineal a los precios de todo en Argentina). Los inversores esperan hacer grandes negocios no sólo extrayendo gas o petróleo. Rutas, gasoductos, infraestructura en general serán necesarios. No es que para la minería o para el agro no se necesiten, solo que la zona promete un crecimiento que amerita la inversión. Convenios bilaterales con China o Rusia pondrán de manifiesto hasta donde el Estado está dispuesto a sacrificar el medio ambiente (y a nosotros como parte del mismo) para que aparezcan los dólares. Eso de la coherencia entre fines y medios es algo de lo que nosotros/as nos jactamos, de ninguna manera se le puede pedir lo mismo a la política.
Difícil será discutir el precio de desplazar a los/as habitantes de las zonas a explorar, calcular los costos de hacer algo con las piletas llenas de arena y agua contaminada y decidir si los registros sísmicos son atribuibles a la actividad, algo normal, o sólo casualidad.
La agroindustria sigue siendo la actividad que más dólares genera, se puede decir y prometer mucho desde la política, de ser “el supermercado del mundo” a fabricar baterías o centrales nucleares, pero el capital nos recuerda eso de ser el granero del mundo.
La expansión de zonas de cultivo y ganadería sigue creciendo y corriendo lo que denomina frontera agropecuaria. El problema es que del otro lado de lo que llaman frontera, lo que se encuentra es gente, flora y fauna que deben irse o desaparecer para que el país obtenga los tan preciados dólares. En el caso de la gente que vive en y de los montes, el cambio es rotundo ya que estamos hablando de su hábitat (en muchos casos ganados a fuerza de resistir los avances del Estado y el capital). El resto de la población, pondrá el hombro para “poner a Argentina de pie” soportando y verificando las consecuencias del desmonte y el monocultivo con inundaciones, problemas de agua potable, la desaparición de flora y fauna y todo lo asociado al uso de agroquímicos.
Quizás cada una de estas actividades amerite una nota, ya que si bien el concepto en todas es extraer recursos naturales y las consecuencias para nosotras/os son graves, todas tienen particularidades que es necesario conocer.
Lejos de nosotros/as está el querer hacer algún tipo de propuesta primitivista, o negar la necesidad de producir alimentos, materiales y energía para la vida moderna. Pero claramente el modelo de país que se propone desde hace añares, es el de siempre. Si saliera bien, esa Argentina pujante y con índices económicos satisfactorios para los que analizan esos números, trae aparejada la explotación, y la destrucción del medio ambiente.
El capitalismo devora todo a su paso para extraer lo que llama “recursos naturales” y el Estado le garantiza las condiciones para que además utilice “recursos humanos”. El discurso es casi siempre el mismo. Sacar la patria adelante, pagar deudas que nosotras/os no pedimos y llevarnos la peor parte. Más o menos eso es lo que propone el gobierno (el actual y los que pasaron) proponiendo a cambio que todos/as comamos. No muy lejano a la época de los bonos que entregaba el patrón de estancia que solo servían para comprar en su almacén. Esa es la solidaridad de la que hablan.