Resulta difícil comenzar este escrito porque por esencia los anarquistas somos antidemocráticos/as, ya que su tronco ideológico es antagónico a nuestras maneras de ver y entender “lo social”. En pocas (pero directas) palabras, sostenemos que la democracia, como relación, no es más que una determinada forma de organizar el Poder, mediante el cual las mayorías a través de la contradictoria idea de “pueblo” (por ende la “voluntad general”) imponen su visión de lo social al resto de la “masa” (o sea, la porción que queda del “pueblo”)....