Si lo personal es político, lo político se torna personal. En esta época, pasadas las PASO, y luego de un cimbronazo que nadie esperaba (porque ninguna encuesta ni siquiera se arrimó al resultado, obviamente) presenciamos cómo la miseria de los políticos asomó y se mostró en su esplendor. Después de perder en el juego democrático de las urnas, quien enviste la autoridad máxima del gobierno, el presidente, demostró lo bajo que se puede caer (mucho más que cualquier hijo de vecino) sin importar el cargo, que nada mejora....