Hace un tiempo se viene dando desde sectores que se presuponen antagónicos (que después demuestran, no lo son tanto) una pugna que se dio en llamar batalla cultural. De una manera u otra, en ella, quedamos todos sumergidos, porque por momentos se discuten y argumentan cosas que, de una forma u otra, nos tocan. ‘Progresistas’ y ‘conservadores’, si podemos llamarlos así, utilizan sus distintas alocuciones en medios de comunicación (que, si son amigos, mejor) para bombardear de consignas muchas veces vacías, a los espectadores que, por lo general, tiene preocupaciones que pasan por cuestiones mas básicas como comer o garpar el alquiler. Pero esa batalla cultural a la que hacíamos mención, cala hondo y profundiza diferencias entre personas que tienen mucho mas de parecido entre sí, que con quien acuña los diferentes términos. Desde agarrá la pala, es pobre el que quiere o se embarazan por un plan a donde hay una necesidad nace un derecho, el estado es el otro y no fue magia hay una largalista de consignas que pareciera, la única búsqueda es la de posicionarse de un ’lado’ al tiempo que se insulta al otro…porque estar del ‘otro lado’ ya es un insulto. Pero lo grave no reside en quien la acuñó o la comenzó a difundir como latiguillo, que seguro es un político que saca provecho de ello, sino en quien solo la repite por amor a ¿la camiseta? Fácilmente podemos recordar a un hombre en una manifestación, conduciendo un Duna de los 90 con la leyenda Todos somos Vicentín ¿Acaso convencido que estaba en juego la República? Puede ser, pero lo que es seguro es que Vicentín dejó un tendal de productores agropecuarios sin garpar, y hasta es posible le daban trabajo a él. Por otro lado, sin buscar en el arcón de los recuerdos, lo vemos hoy en la telenovela de turno, donde acusan a CFK de corrupción y el peronismo construye una épica a partir de Si la tocan a Cristina… ¿Qué? ¿Qué pasaría? También es posible que estén convencidos que si Cristina va presa se pierde la lucha de clases contra la oligarquía, como también es seguro que La Jefa está muchísimo más cerca de la oligarquía que quienes la defienden. Lo importante es que en uno y otro caso (que son meros ejemplos) se salen a defender supuestos valores que se rezan inclaudicables: se meten con Vicentín porque van por todo y viene el comunismo mientras se entroniza a La República (una muy selectiva) como el único norte posible, o la quieren meter presa por las AFJP, porque ayudó a los pobres y se metió con el poder real y nos hablan de la patria grande canonizando a la Pacha Mama desde Puerto Madero.
Se pelean familias y amigos, compañeros de laburo o de futbol en nombre de un puñado de consignas que parecen acuñadas para eso: dividir. Y en esa división, vuelve a ganar el Capital por obra y gracia del Estado… ¿o era al revés?
Es que en la confusión (se ve que nos estábamos peleando por consignas) se fue el ministro de economía Martín Guzmán por diferencias con el kirchnerismo que lo acusaba de ajustador, entre otras cosas, y en última instancia por los subsidios a las tarifas de servicios, y vino a ocupar su lugar Silvina Bat…ah no, ya se fue también…Sergio Massa que lleva a delante una segmentación que ahorra al Estado casi 3,5 veces más que el recorte propuesto por Guzmán. Mientras la derecha vino a realizar un ajuste en 2015 y amenaza con volver en el 23 (por obra y gracia del oficialismo) a realizar lo mismo pero más rápido, el gobierno, que venía a devolverle el asado a la gente, realiza un ajuste feroz en educación, salud y producción, y analiza bajar retenciones a los agroexportadores (Massa en llamas), siendo la ‘pseudoizquierda’ más a la derecha jamás vista…ah pero Macri.
En medio de esto, en el marco de una inflación desbocada que revienta los bolsillos de las mayorías (porque siempre hay una minoría que se beneficia, el capitalismo no es para que lo disfruten todes), comienzan a asomarse las campañas del año siguiente potenciando miserias, bravuconadas y extremando posiciones con tal de arañar algún votito más. Acusaciones diversas en y entre el oficialismo y la oposición, que transitan el camino que va de inútil hasta narco sin escalas (total es gratis), en una región donde una coma mal puesta, una declaración fuera de lugar, una mirada rara, dispara el dólar y nos lleva puestos…encima, parece, hay que agradecer que no gobierne la derecha…